El castigo es el destino común para el que no cumple con las nomras establecidas y que son trasmitidas de generación en generación, ya que ellas permiten la continuidad de nuestra cultura. Sin embargo, pese a todo, ellas son muchas veces desafiadas, desobedecidas y hasta odiadas por los integrantes de una sociedad.
Para Eduardo Iglesias, el sufrimiento, el amor, el heroismo, la generosidad, la ambición, son valores intrínsecos en el ser humano; y sean estos positivos o negativos, se presentan en sus personajes gracias a una clara sensibilidad social, que impide a la acción detenerse a terminar la narración. De hecho, el lector puede continuar buscando un final que esté de acuerdo a sus principios; a su forma de mirar el mundo.
La moral que se respira en cada uno de estos tres originales relatos, escritos con gran fuerza, belleza y realismo, es indudablemente de corte fantástico como lo son los sucesos en que nos envuelve el autor.